Este estilo surge a partir del siglo IX con la monarquía del Reino de Asturias, primer reino cristiano de la Península Ibérica, y se distingue como un estilo propio, cuyas características principales son las edificaciones de planta basilical de tres naves, los arcos de medio punto y la decoración interior de temática variada.
Este período artístico se divide en tres etapas principales. La primera se denomina Etapa Prerramirense, en la que destaca San Julián de los Prados, del siglo IX y declarada Patrimonio artístico y Patrimonio de la Humanidad. La segunda etapa es conocida como Etapa Ramirense, en honor al rey Ramiro I. En esta segunda fase el prerrománico asturiano alcanza su mayor esplendor, ejemplo de ello son Santa María del Naranco o San Miguel de Lillo, también declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Por último, la Etapa Postramirense, caracterizada por la influencia del estilo mozárabe.
Gracias a la calidad de los materiales y de la construcción, así como a la cuidada conservación, aún se mantienen numerosos ejemplos. Sólo en Oviedo es posible visitar seis iglesias prerrománicas, las cuales se encuentran en muy buen estado y son accesibles al público.
Santa María del Naranco
San Miguel de Lillo
San Julián de los Prados
Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico Asturiano
Foncalada
Iglesia de Santa María de Bendones
Iglesia de San Tirso
