La ciudad de Oviedo fue fundada en el año 761 por los monjes Máximo y Fromestano al crear una explotación agrícola monástica a la que se le añadiría una iglesia en honor a San Vicente. Junto con la construcción de un palacio y una iglesia por órdenes del rey Fruela, se impulsó el crecimiento de la ciudad. Asimismo, el rey eligió este palacio como vivienda para él y su familia, donde nació su hijo Alfonso II El Casto.
Tras el fallecimiento de Fruela, se suceden distintos reinados como los de Silo, Mauregato, y Bermudo hasta el ascenso al trono de Alfonso II en el 791. Su reinado duró 51 años y una de sus primeras decisiones fue trasladar la corte del reino a Oviedo. Fue en este período cuando se descubrió el sepulcro de Apóstol Santiago en Compostela de Galicia y es entonces cuando crea el Camino de Santiago.
Este monarca impulsó la expresión del arte asturiano, bajo influencias visigodas, orientales y nórdicas, con la construcción de un templo dedicado a El Salvador y un palacio real en el corazón de Oviedo. Debido al hecho de que murió sin descendencia, fue su primo Ramiro I el heredero del trono. A lo largo de su reinado, el arte prerrománico vive su apogeo con la construcción de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo.
Después de la muerte del Alfonso III El Magno, nieto de Ramiro I, la corte se trasladó a León y Oviedo se mantuvo como lugar de paso para peregrinos y con cierta atracción debido a los tesoros guardados en su catedral.
Entre el siglo XIII y el XVI, la ciudad medieval, de la que todavía se conserva su trazado, experimentó un gran desarrollo y se vio afectada por una serie de cambios como la edificación de una muralla o del acueducto de los Pilares. Además, en la Nochebuena del año 1521 sufrió un destructivo incendio del que se salvaron muy pocos edificios del casco antiguo.
A los inicios del siglo XVII, la ciudad de Oviedo comenzó a expandirse, en gran medida, gracias a la creación de la Universidad por Fernando de Valdés Salas y a la nobleza del siglo XVIII, que llevó a cabo la construcción de destacados palacios. Este desarrollo urbanístico se culminó con el crecimiento industrial y comercial de los siglos XIX y XX.
Hoy en día, Oviedo cuenta con numerosos servicios burocráticos y universitarios y el sector terciario se ha convertido en el principal motor económico de la ciudad. Como capital del Principado de Asturias, es una ciudad conocida internacionalmente gracias a los Premios Princesa de Asturias y al Campus Internacional.